martes, febrero 19

Atrapada


Hace una semana fue un buen pretexto para separarme mi patética prótesis corporal: la computadora. Estuve pegada por 3 días al horno, haciendo galletas (galletas de amor y amistad). Esos menesteres de mujercita de buenas costumbres me hicieron divagar (situación inevitable cuando esperas 40 min. con la nariz pegada a la ventana del horno)

Mi escuela esta en huelga desde hace casi 20 días. Hace un par de meses renuncie a mi trabajo para poder poner toda mi atención al proyecto final. Ahora me siento completamente en el limbo. A unos meses de terminar (por fin) la carrera, me paran en seco cuando estoy a punto de meter 4a. Pero soy poseedora de tal impaciencia que ya he ido a un par de entrevistas de trabajo, aunque sigo dudando, no quiero dejarlo botado en cuanto reinicien las clases. Ya me cansé de sentir que dejo todo a la mitad, estoy llegando al punto de fastidiarme porque parece que soy incapaz de comprometerme, de estabilizarme, de que mi vida tenga continuidad...

Todo este asunto ha terminado por darme curiosidad, sentir la necesidad de tener una rutina y que todo sea más sencillo. Yo me la vivo angustiada con tonterías porque no alcanzo a forjarme la rutina de todos los días, esa que te permite hacer todo casi casi en piloto automático y baja niveles de estrés.

Mientras hallo aquello que me "atrape" me he refugiado en la cocina como pasatiempo y parece que finalmente esta actividad me esta adiestrando un poco; hoy hice mi obra maestra: panqué de plátano y nuez y yo creo que salió muy bien porque alguien rompió la dieta solo por comer un trozo.

miércoles, febrero 13

NewBorn

Y empiezo de nuevo:
¡Que pavor una hoja en blanco!
¡Que miedo profundo el níveo de mi mente!
Pero la nada es algo y un algo de repente se vuelve un todo
entonces todo es nada y el silencio resulta inútil sin tu sonido.
¡Ay consciencia!
Un vacío es una espera,
largo detenimiento..
Robarle un segundo al tiempo
Del tiempo inexistente.

martes, febrero 12

No era Sabines era Lorca

Hace ya 10 años en la calle de Corina leí una frase escrita sobre un muro de piedra volcánica. Nunca la había visto antes porque siempre caminaba demasiado cerca de aquella barda. Pero ese día estaba lloviendo y se hizo un boquete en la acera; Tuve que cruzar la calle para caminar por la banqueta de enfrente. Cuando descifré el mensaje me quede ahí parada, acongojada y preguntándome: ¿Quién lo escribió? ¿A quién se lo escribieron? ¿Por qué? ¿Cual era la historia detrás de tan conmovedoras palabras?

Porque sin darme cuenta ya estaba inventando toda una epopeya de sensaciones y deseé que fuera a mí, que fuera yo la perenne musa que invocaba tales lisonjas.

No tenia un nombre, no tenia un rostro pero ese manifiesto de gran encomio nunca me abandonó.

La escena ese día, en esa calle llovida de Coyoacan a la luz del alba, era la de una niña parada en medio de un charco con el alma igualmente empapada.. y algo así miraba impávida:

Yo pronuncio tu nombre
En las noches oscuras
Cuando vienen los astros
A beber en la luna
Y duermen los ramajes
De las frondas ocultas
Y yo me siento hueco
De pasión y de música.

Loco reloj que canta
Muertas horas antiguas.
Yo pronuncio tu nombre,
En esta noche oscura,
Y tu nombre me suena
Más lejano que nunca.

Más lejano que todas las estrellas
Y más doliente que la mansa lluvia.
¿Te querré como entonces Alguna vez?
¿Qué culpa Tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma
¿Qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡¡Si mis dedos pudieran
Deshojar a la luna!!

F. Garcia Lorca